Por Roberto Pérez
SANTIAGO.-La comisión de Cultura del Senado de la República, informa a través de su página oficial en internet, que estudia el traslado de los restos del coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez al Panteón Nacional.
SANTIAGO.-La comisión de Cultura del Senado de la República, informa a través de su página oficial en internet, que estudia el traslado de los restos del coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez al Panteón Nacional.
Por este moitvo ha sido invitada formalmente para que exponga ante esta comisión, Doña Arlette Fernández, quien fuera la esposa del valiente inspirador de la guerra de abril de 1965.
Fernández Domínguez, artífice principal del movimiento constitucionalista, cayó “de cara al sol” el 19 de mayo bajo la metralla de los aviones yanquis cuando se disponía-junto a otros aguerridos combatientes- tomar por asalto el Palacio Nacional.
A nivel nacional se ha puesto en marcha una campaña que busca que sus restos, al igual como ha ocurrido con otros héroes y mártires de la patria, pasen a descansar definitivamente en el
Panteón Nacional.
El asunto está bajo estudio de la Comisión de Cultura del Senado de la República, que ya ha iniciado los debates escuchando las opiniones de diferentes sectores.
Este miércoles, 2 de noviembre, que coincidirá con el Día de los Fieles Difuntos, los invitados para que expongan sus puntos de vista son Doña Arlette Fernández, compañeros de armas del coronel Fernández Domínguez e instituciones del Estado.
Consideramos que existen motivos más que de sobra para que los restos de Fernández Domínguez sean trasladados al Panteón Nacional “porque el luchó y entregó su sangre y su vida a la causa más
sublime de la patria”.
Amplios sectores de la vida nacional han aplaudido esta iniciativa por considerar que si hay un dominicano que reúne las condiciones para que sus restos descasen en ese sagrado lugar, ese lo es el coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez.
Nativo de un campo conocido como Damajagua, Esperanza, este insigne militar jugó un papel preponderante en los momentos difíciles del país, y aun en el exilio cuando estalló el movimiento bélico del 65, retornó y junto al coronel Francisco Alberto Caamaño Deño, se puso al frente como un soldado más al servicio de la Patria.
Fernández Domínguez no rehuyó nunca sus responsabilidades y bien cuando pudo utilizar a otros subalternos, él quiso encabezar el asalto al Palacio Nacional en mayo, pero fue alcanzado -junto a otros luchadores- por la metralla de las fuerzas interventoras que respaldaban a las fuerzas de San Isidro.
Fue el epilogo de una vida de un hombre que desechó comodidades y se alejó del seno de su familia querida para entregarse en brazos de la patria, que lo recibieron el 19 de mayo en plenos fragores de la revolución.
Esos son los héroes, proclamó una vez el apóstol de la libertad cubana José Martí, los que pelean por hacer a los pueblos libres, o los que padecen en pobreza y desgracia por defender una gran verdad.
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