Pekín, 9 dic (EFE).- Pekín celebró en la víspera de la entrega del Nobel de la Paz en Oslo una ceremonia de entrega del "Confucio de la Paz", un polémico galardón que quiere convertirse en la alternativa de China al premio noruego, y que en esta ocasión recayó en el mandatario ruso Vladímir Putin.
Según cuenta hoy el diario independiente "South China Morning Post", el premio, ante la más que esperada ausencia del líder ruso, fue entregado a cuatro jóvenes chicas, al parecer estudiantes de chino, y, para colmo, dos de ellas siquiera eran rusas, sino bielorrusas, añadiendo tintes esperpénticos al evento.
Las chicas, que según contaron al diario fueron a la ceremonia a instancias de la Embajada de Rusia en Pekín e intentarán "hacer llegar" el premio a Putin, posaron sonrientes junto al galardón (una estatuilla dorada del filósofo Confucio) y dijeron estar orgullosas de que el primer ministro ruso lograra tal distinción.
El premio, organizado por un grupo de intelectuales chinos y que celebró su primera edición en 2010, año en el que el Nobel de la Paz recayó en el disidente encarcelado chino Liu Xiaobo, se ha concedido a Putin "por su posición pacífica y en contra de la idea de bombardear Libia", según señalaron sus responsables al anunciarlo.
El comité, formado por 16 académicos de prestigiosos centros académicos de China, como la Universidad de Pekín y la de Tsinghua, eligió a Putin entre ocho candidatos, entre los que también figuraban la canciller alemana, Angela Merkel, el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, o el ex secretario de la ONU Kofi Annan.
En la primera edición del Premio Confucio, anunciado pocos días entes de la ceremonia del Nobel de la Paz para Liu Xiaobo, el galardón fue otorgado al ex mandatario taiwanés Lien Chan, aunque éste tampoco acudió a la ceremonia de entrega.
Uno de sus organizadores, el profesor Yang Disheng, miembro del comité organizador, dijo el pasado mes de septiembre a Efe que aunque el premio se creó en calidad de protesta por la concesión del Nobel al disidente Liu Xiaobo, también nació "para enseñar que China tiene otro concepto de paz".
El Gobierno chino se ha desligado del Premio Confucio, e incluso este año su Ministerio de Cultura desautorizó al comité formado para elegirlo, pero los intelectuales chinos responsables del galardón han solventado este problema refundando su organización en Hong Kong, que se rige por leyes administrativas distintas.
Curiosamente, Putin recibió ayer, viernes, dos apoyos importantes en territorio chino: el mencionado Premio Confucio, y una declaración del Ministerio de AAEE chino reconociendo la validez de las recientes elecciones legislativas rusas, frente a las dudas sobre su limpieza que ha manifestado esta semana Washington. EFE
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