Escrito por Marlenys Ferreras
De desolación, dolor, confusión, fueron las escenas que vivieron los habitantes de Haití cuando un terrible terremoto sacudió a Puerto Príncipe. Dos años después el pequeño y paupérrimo país, permanece bajo los escombros de la pobreza más extrema.
Una gran tragedia volcó los ojos del mundo hacia la más pobre nación de América. El fenómeno que apagó la vida de más de 300 mil personas y dejó 1,5 millones de afectados y el derribo de una gran cantidad de edificaciones, trajo consigo un montón de promesas, de las que gran parte quedaron solo en eso.
Las condiciones en las que vivía el vecino país, antes de la catástrofe que destruyó su capital, eran deprimente, y después pasaron a una fase innombrable.
Transcurridos dos años, los haitianos no han experimentado grandes cambios, cientos de sobrevivientes continúan viviendo de manera improvisada.
Como si no fuera bastante, tras el desamparo que provoco el sismo, un sin número de enfermedades azotaron a la población, una y por la que siete mil fallecieron y 522.335 fueron afectados es el cólera, que hasta la fecha no ha dejado de causar estragos.
Diferentes organizaciones internacionales y el gobierno mismo, al conmemorarse el segundo aniversario del lamentable hecho, han renovado el compromiso de socorrer a ese pueblo.
En mayo, a pesar de todos los percances, se estrenó allí un nuevo gobierno, presidido por Michel Martelly, un cantante popular quien ha demostrado particular interés en la atención de los inversionistas extranjeros y en la creación de empleos, ya que según declaró, solo unos 200 mil tienen un empleo regular de entre 4,2 millones de personas en edad de trabajar.
El presidente sostuvo también que 5 millones de la población total, son analfabetas, y que es la educación su principal objetivo, el 90% de las escuelas del lugar, funcionan de manera improvisada.
A propósito de ello, el Estado dominicano donó una moderna universidad, con el fin de impulsar el desarrollo tras el temblor.
La Universidad Henri Christopher en la comunidad de Limonade, Cabo Haitiano, será inaugurada hoy, en la misma fecha en que se rememora el segundo año del terrible fenómeno natural.
Las imágenes de aquel martes sombrío, son desgarradoras, y lo peor del caso es que hasta este tiempo, muy poco ha cambiado. Los damnificados continúan viviendo de modo infrahumano y el futuro de esa nación es cada vez más incierto
Fuente:www.clickdemipais.com
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