Ventajas y escollos de estudiar a la tercera edad

Escrito por  Marlenys Ferreras

Resulta admirable la perseverancia de personas que a pesar de los problemas cotidianos y de la madurez de los años, acuden religiosamente a las escuelas y universidades en busca de mejorar sus vidas mediante la educación. 

 Esos estudiantes a menudo son objetos de burlas porque otras personas, inclusive familiares y conocidos no creen en la capacidad que tienen de aprender algo más que lo básico, “porque loro viejo no aprende a hablar”. 

 Marianela Rodríguez, de 43 años, se dedicó a ayudar a sus padres a cultivar sus tierras. Se involucró en las tareas del hogar y nunca mostró interés en ir a la escuela, pero desde hace algunos años se le ha despertado el deseo de alfabetizarse para poder desenvolverse mejor en su trabajo como empleada doméstica y sobre todo, aspira a lograr hacer una carrera técnica que le permita ganarse la vida de otro modo. 

 La profesora Guillermina Pérez quien ha tenido la oportunidad de formar a muchos alumnos de edad avanzada, resalta y admira el empeño y el desarrollo que demuestran. 

 "La manera de instruir y la capacidad de ellos captar es diferente a la de los niños y los más jóvenes, pero es sorprendente la motivación y la facilidad con que entienden y lo colaboradores que son", expresa. 

 En una sociedad creciente que demanda cada vez más ciudadanos competitivos es preciso que todos sus integrantes tengan acceso a la educación para mejorar su nivel de vida. 

 Según el sociólogo José Enrique Espinal, las posibilidades de empleo pueden ser mayores si se concluye al menos el bachillerato. 

 "En cualquier empresa donde solicitan personal, les exigen que sean bachilleres, no solo en las empresas, hasta al personal de servicio de una casa, es por esta razón que la sociedad requiere individuos preparados.

 Lo negativo de esto es que la edad no ayuda mucho, porque en este país se tiene la modalidad de excluir a las personas desde que sobrepasan los 40 años". 

 El índice de desempleo es cada vez mayor, resulta dificultoso para los jóvenes que buscan una primera experiencia, los recién egresados de universidades y aún más para los mayores.

 Una de las principales razones por la que muchas empresas deciden no contratar los servicios de esas personas, es porque piensan que no se adecuan fácilmente a las modificaciones y el esquema en el sistema de trabajo. 

 Raysa Cueto, directora de una compañía de asesoría y administración de capital humano, sostuvo que la mayoría de las instituciones prefieren contratar gente joven en sus plazas vacantes, aunque los adultos tengan la misma preparación, porque están más abiertos a las modificaciones y actualizaciones que requiera la entidad para lograr un mejor desarrollo competitivo. 

 "Vivimos en la era de la modernidad, sometidos a constantes cambios y es más difícil para los mayores acostumbrarse a esto. 

No digo que no lo puedan hacer, pero las compañías apuestan con mayor facilidad a los más jóvenes, por el hecho de que pueden tener un mayor rendimiento", explica. Existen carreras universitarias o técnicas que aseguran el futuro laboral. 

Algunos profesionales tienen mejor consideración mientras más años tengan en una actividad, por lo que la edad no representa un problema. 

 "Los médicos son un ejemplo de eso, a veces se le da mayor crédito a esos no tan nuevos. Todo lo contrario a un publicista, las agencias publicitarias prefieren un cerebro joven, lleno de ideas, por eso se toman la libertad de preferirlos porque pueden sacar más beneficios de ellos", afirma Cueto. Estudiar cuando se está en la tercera edad es a veces poco comprendido por algunos y un obstáculo para conseguir trabajo, ya que son injustamente discriminados por la sociedad que tiende a descalificarlos del mercado laboral sin importar que cuenten con la capacidad y la preparación necesaria para desempeñar cualquier puesto.  Cortesia de www.clickdemipais.com