WASHINGTON (AP) — Un informe preparado para el ex procurador general de Estados Unidos, Michael Mukasey, durante el gobierno del ex presidente George W. Bush en 2007 señala los fallidos intentos de agentes federales por rastrear armas que fueron compradas ilícitamente en la frontera y que ingresaron a territorio mexicano.
El documento también destaca la necesidad de que las autoridades de Estados Unidos y México trabajen juntas en este tipo de esfuerzos utilizando una táctica que ahora ha generado controversia.
La información contenida en un párrafo extraído de un extenso documento del 16 de noviembre de 2007 marca la primera vez que se conoce que un fiscal general recibe información sobre la táctica conocida como "arma caminando".
La táctica se ha vuelto controversial en medio de una investigación por parte de legisladores republicanos que critican al Buró de Alcohol, Tabaco, Armas y Explosivos de Estados Unidos (ATF, por sus siglas en inglés) por utilizarla durante el gobierno de Barack Obama en una investigación de tráfico de armas conocida como Operación Rápido y Furioso.
La investigación se enfocó en varias armerías del área de Phoenix, Arizona.
Si bien el documento de Mukasey no usa el término "arma caminando", funcionarios de la ATF en ese entonces se refirieron de esa forma a los fallidos intentos. La táctica —que consistía en seguir a intermediarios que compraban armas en lugar de arrestarlos tras la compra— pretendía eventualmente identificar y levantar cargos a los líderes de bandas de tráfico de armas. Las políticas del Departamento de Justicia requieren que los cargamentos ilícitos de armas sean interceptados en cuanto sea posible.
El procurador general estadounidense Eric Holder se presentará ante el Congreso la próxima semana para hablar sobre su aseveración de que él no había escuchado acerca de la táctica hasta comienzos de este año.
El documento titulado "Reunión del procurador general con el procurador general de México Medina Mora" informaba a Mukasey que la táctica no había tenido éxito, pero que la ATF quería probarla otra vez y quería que Mukasey persuadiera a Medina para proporcionar un equipo mexicano libre de corrupción que ayudaría en el operativo. Esto, tal vez de forma implícita, pero no detallada en el informe, fue la razón del fracaso: que las autoridades mexicanas al sur de la frontera fracasaron en la tarea, alegando que no vieron el vehículo que transportaba las armas y del cual los agentes de la ATF habían alertado.
El documento a Mukasey forma parte de la investigación judicial a la Operación Rápido y Furioso.
De acuerdo a cifras de la ATF, 94.000 armas han sido recuperadas en los últimos cinco años en México, 64.000 de ellas rastreadas a Estados Unidos.
La controversia por este operativo surgió después de que dos rifles de asalto comprados por una persona que ahora está presa fueron utilizados en un tiroteo en Arizona donde murió el agente fronterizo Brian Terry
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