sábado, 26 de febrero de 2011
Turbas simpatizantes de Gadafi recorren armadas las calles El régimen les entregó las armas
>TRIPOLI .- El régimen libio entregó armas a simpatizantes civiles, instaló el sábado retenes y ordenó patrullajes de grupos armados en la capital, sembrando el temor entre los habitantes, en busca de conservar el control del bastión del líder Moamar Gadafi y de acallar a los disidentes.
En tanto, los rebeldes consolidaban su control en el resto de la nación norafricana.
Residentes del distrito oriental de Tajura improvisaron barricadas con trozos de concreto, rocas e incluso palmeras arrancadas, para impedir que las camionetas repletas de jóvenes con fusiles automáticos entraran a su vecindario, uno de los focos principales de las protestas anteriores.
En un momento de alta tensión en Trípoli, numerosas personas en el vecindario asistieron al funeral de un hombre de 44 años, muerto en los enfrentamientos contra las fuerzas que apoyan al régimen. Anuar Algadi pereció el viernes. La causa de la muerte fue "una bala en la cabeza", según el relato de su hermano, Mohamed.
Sujetos armados con brazaletes verdes de tela, junto con fuerzas de seguridad uniformadas revisaban a cualquiera que tratara de entrar al distrito, donde había consignas pintadas en varios muros, como: "Gadafi, judío", "Abajo el perro" y "Tajura es libre".
Afuera de la capital, los rebeldes controlaban una gran parte de la costa mediterránea de Libia, de 1.600 kilómetros (1.000 millas) de longitud, donde reside la mayoría de la población. Incluso, capturaron a un general brigadier y a un soldado, el sábado, mientras el ejército libio trataba de recuperar una base de aviación al oriente de Trípoli.
La agencia noticiosa estatal informó también que la oposición capturó a un comandante de la defensa y a varios oficiales más.
El día anterior, manifestantes que exigían la salida de Gadafi fueron blanco de disparos de individuos armados que apoyan el régimen. Con esta acción, los simpatizantes de Gadafi intentaron frenar las primeras marchas antigubernamentales de importancia en varios días en Trípoli.
Gadafi, quien habló desde la parte alta de las murallas de un fuerte histórico en la capital, pidió a sus simpatizantes que defiendan la nación en lo que constituye el mayor desafío que él ha enfrentado en sus 42 años de gobierno.
"A su debido momento, abriremos el depósito de armas para que todos los libios y tribus se armen, Libia se pondrá al rojo fuego", expresó Gadafi.
La comunidad internacional intensificó sus acciones ante el derramamiento de sangre, en tanto que los estadounidenses y otros extranjeros eran desalojados del caos que se extiende por esta nación del norte de Africa.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se reunía la noche del sábado por segundo día para analizar la imposición de un embargo de armas al gobierno libio, así como una moratoria a los viajes y un congelamiento de las cuentas de Gadafi, la familia de éste y funcionarios importantes del gobierno.
El presidente Barack Obama advirtió el sábado que Gadafi ha perdido la legitimidad para gobernar, por lo que debe abandonar su país "ahora".
Obama hizo el comentario a la Canciller alemana Angela Merkel durante una conversación telefónica privada, en la que ambos abordaron la violencia en Libia. La Casa Blanca informó que Obama le dijo a Merkel que, cuando el único medio por el que un líder puede conservar el poder es la violencia contra su pueblo, ese líder ha perdido la legitimidad para gobernar.
En consecuencia, Gadafi debe hacer lo correcto para su país y "marcharse ahora", dijo el mandatario estadounidense. Es la primera vez que Obama insta a Gadafi a dimitir.
El Departamento del Tesoro dijo que las sanciones contra Gadafi, tres de sus hijos y una hija también se harán extensivas al gobierno libio.
El viernes por la noche, efectivos militares que apoyan a Gadafi atacaron con tanques la base aérea de Misrata al este de Trípoli que había caído en manos rebeldes.
Misrata es la tercera mayor ciudad de Libia y se ubica a unos 200 kilómetros (120 millas) de la capital.
Varios vecinos de la capital, contactados por teléfono desde El Cairo, informaron que había civiles progubernamentales que patrullaban las calles en camiones. Las personas hicieron las declaraciones en forma anónima por temor a represalias.
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