En Cuba todavía quedan huellas del paso de los huracanes "Gustav", "Ike" y "Paloma".
La Habana, 31 may (EFE).- Cuba afronta sin bajar la guardia la nueva temporada de ciclones que comienza mañana en la cuenca del Atlántico y que se prevé "normal" o "poco activa", tras un periodo de relativa calma ciclónica en la isla y después de cuatro años de los devastadores huracanes que la azotaron en 2008.
El Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología (INSMET) prevé que en 2012 Cuba tendrá cerca de un 30 por ciento de probabilidades de ser afectada por un huracán durante los meses de la temporada oficial de ciclones que va del 1 de junio al 30 de noviembre.
La doctora Maritza Ballester del Centro de Pronósticos precisó hoy a Efe que la previsión de temporada "normal" o "poco activa" comprende una cifra de organismos tropicales en el orden de unos 10 ciclones y de ellos hasta cinco huracanes.
Sin embargo, autoridades y especialistas en el país han llamado a mantenerse alertas y tomar todas las precauciones, sin importar los datos cuantitativos de la actividad ciclónica prevista.
El jefe del Centro de Pronósticos, José Rubiera, resaltó esta semana a medios locales la importancia de "estar preparados" porque "de hecho, uno solo de esos fenómenos puede causar más daños que la ocurrencia de varios".
Los análisis de los meteorólogos cubanos para 2012 están basados en la posibilidad de formación del evento ENOS (El Niño, Oscilación del Sur) y a que las aguas superficiales del Atlántico deben mantener un comportamiento "cercano a lo normal".
El ENOS es un elemento que provoca el calentamiento de las aguas en la zona ecuatorial del océano Pacífico central y oriental, y por consiguiente temporadas de ciclones menos activas.
Como antesala al período ciclónico, en la región central de Cuba se registró este mes un temporal de intensas lluvias que dejó dos personas fallecidas, más de 8.000 evacuados, daños a la agricultura, viales, derrumbes, interrupciones del servicio eléctrico y comunidades incomunicadas.
Casi todos los embalses de la región central se llenaron y las autoridades llamaron a observar la situación futura de las precipitaciones ante las condiciones de saturación de los suelos.
Ballester apuntó que lo ocurrido en la isla con las precipitaciones de mayo "no quiere decir que va a seguir sucediendo" y una vez que comience el periodo ciclónico, si se desarrolla un ENOS, la lluvia de los próximos meses de verano "debe ser de normal hacia baja, en los acumulados".
Durante el ciclo correspondiente a 2011, en la región del Atlántico se formaron 19 tormentas, entre ellas siete huracanes de los cuales cuatro alcanzaron la categoría mayor.
En el caso de Cuba, el año pasado solo se reportaron afectaciones moderadas por algunas lluvias asociadas al huracán "Irene" y a la tormenta "Emily" en el mes de agosto.
Anteriormente, en 2010, los cubanos recibieron a mediados de octubre el golpe de la tormenta tropical "Paula" en el oeste y centro del país, y a principios de noviembre el ligero azote de "Tomás", que afectó a varias provincias orientales y a La Habana.
Pero en la isla todavía quedan huellas del paso de los huracanes "Gustav", "Ike" y "Paloma" en 2008, que dejaron siete muertos, daños valorados en 10.000 millones de dólares y la peor agresión al ecosistema del país en 50 años.
Los huracanes son considerados el fenómeno natural que más desastres ha provocado en la historia de Cuba y constituyen la principal preocupación dentro de la estrategia de preparación contra desastres del país.
Este mayo la Defensa Civil de la isla desarrolló el habitual ejercicio popular denominado "Meteoro", que actualiza y ensaya las acciones del país para casos de desastres, justo antes del comienzo del periodo de ciclones.
En Cuba todavía quedan huellas del paso de los huracanes "Gustav", "Ike" y "Paloma" en 2008, que dejaron siete muertos, daños valorados en 10.000 millones de dólares y la peor agresión al ecosistema del país en 50 años. EFE
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