sábado, 19 de mayo de 2012

Los migrantes haitianos en Dominicana: con mucho trabajo y pocos derechos

El candidato a la presidencia de la República Dominicana por el PRD, Hipólito Mejía, gesticula durante un desfile electoral en Santo Domingo, este viernes. Jean Hercivil, de 25 años, dejó su natal Haití en enero "para buscar dinero" en Dominicana, a donde llegó sólo con la ropa que tenía puesta, un drama que viven miles de haitianos pero quedó olvidado durante la campaña presidencial dominicana.
El candidato a la presidencia de la República Dominicana por el PRD, Hipólito Mejía.
AFP Jean Hercivil, de 25 años, dejó su natal Haití en enero "para buscar dinero" en Dominicana, a donde llegó sólo con la ropa que tenía puesta, un drama que viven miles de haitianos pero quedó olvidado durante la campaña presidencial dominicana. 


El candidato a la presidencia domincana por el PLD, Danilo Medina, saluda a sus seguidores durante un desfile electoral por Santo Domingo. Jean Hercivil, de 25 años, dejó su natal Haití en enero "para buscar dinero" en Dominicana, a donde llegó sólo con la ropa que tenía puesta, un drama que viven miles de haitianos pero quedó olvidado durante la campaña presidencial dominicana.
El candidato a la presidencia domincana por el PLD, Danilo Medina, saluda a sus seguidores …
"Vine aquí a trabajar, a buscar dinero para ayudar a mi familia. Trabajo limpiando drenajes en la agricultura, pero a fin de año quiero regresar a Haití para volver a ser libre, aquí no soy libre de caminar, tengo que huir de las redadas", cuenta a la AFP Hercivil, originario del norte de Haití y quien gana 6,5 dólares diarios.
Aunque son cientos de miles los haitianos que, como él, han llegado a Dominicana desde hace décadas a buscar trabajo, la situación irregular de estos inmigrantes quedó por fuera de la campaña presidencial dominicana y no parece que cambiará tras los comicios del domingo, ya sea gane el oficialista Danilo Medina (liberal) o el socialdemócrata Hipólito Mejía. 
"Al llegar a Dajabon (poblado limítrofe al norte de Dominicana) los guardias me cogieron el dinero y hasta los tenis" para dejarme pasar, dice este joven que vive en un poblado rural a una hora de la frontera, donde comparte con once personas una casa sin techo y con piso de tierra por la que paga un alquiler de 12 dólares al mes. 
Sólo cinco meses después de haber llegado, Hercivil -quien asegura que "el dominicano maltrata al haitiano"- sueña con volver este año a su país, tras juntar un poco de dinero "para comprar cosas y revender en Haití". 
"No hay marco jurídico fronterizo que regule la migración, ni en Haití ni acá (en Dominicana), todo lo que se hace es ilegal y el control que hay es represivo, corrupto e individualizado", explica a la AFP el sacerdote Regino Martínez, quien asegura que -aunque no existen cifras oficiales- hay cerca de un millón de haitianos ilegales en Dominicana.
 "El gobierno dominicano controla la invasión pacífica de haitianos, como le llama, con las expulsiones masivas.
 Los militares y (la oficina de) migración apresan a los migrantes, los mandan para Haití por el puente y ellos regresan por el monte porque los mismos guardias los dejan entrar", comenta Martínez, director de la ONG Solidaridad Fronteriza.
 Las versiones de corrupción entre militares y agentes para favorecer el paso ilegal de haitianos, sin embargo, no son reconocidas por el encargado de Migración de Dajabon, José Manuel Tejada, quien asegura a la AFP que sí se facilita el cruce de haitianos a Dominicana "por razones humanitarias". Pero para los activistas, los inmigrantes han perdido derechos en los últimos años. 
Por ejemplo, la Constitución de 2010 fue modificada para que los nacidos en Dominicana de padres ilegales no tengan derecho a la nacionalidad. 
"La corriente abiertamente anti-haitiana no ha cesado de crecer en el seno del poder dominicano por más de medio siglo", escribió por su parte el ex ministro de la Diáspora haitiana, Edwin Paraison, en un diario local en vísperas de las elecciones dominicanas y recordando la historia entre estos países vecinos, marcada por invasiones, expulsiones y mucha tensión. 
Paraison, quien considera que "los intereses de Haití y la causa haitiana en la República Dominicana, e incluso los de la paz insular, están vinculados al próximo jefe de Estado dominicano", no se muestra sin embargo del todo optimista ni ante una eventual victoria de Mejía o un posible triunfo de Medina. 
Lo mismo le pasa a Martínez, quien dice que el tema haitiano no fue tratado por "ningún candidato (...) porque si lo hacen pierden muchos votos", pues, según el religioso, muchos dominicanos creen que está bien tener una relación "utilitaria" con los haitianos, en la que los "botan cuando ya no hacen falta". Fernande Senprevile, de 37 años, llegó hace más de 10 años a Dominicana para buscar "mejores condiciones de vida". 
Desde entonces, ha trabajado en fincas del norte del país, pero hace unos cuatro años fue despedido junto a cinco compañeros -sin la indemnización que le corresponde según la ley local- por negarse a trabajar "como animales". 
Senprevile, cuenta a la AFP, en un rudo y forzado castellano, que su patrón, que tenía seis empleados haitianos en una finca de "300 y pico hectáreas" los despidió sin pagarles, luego de que un día les pidiera hacer más tareas de las que solían hacer. 
"Nos botó por nosotros decirle a él que no somos animales y que no podemos hacer ese trabajo que es para 30 gentes o más", explica, añadiendo que demandaron a su ex patrón con ayuda de Solidaridad Fronteriza. 
Ahora, Senprevile, que vive en un deprimido batey -antiguo cañaveral convertido en barriada haitiana- junto a su esposa y sus dos hijos, espera desde octubre, aunque sin mucha esperanza, la indemnización de casi 10.000 dólares que -dice- le corresponde tras ganar la demanda. 
Pero en el batey donde vive, lleno de casuchas con paredes de madera y lata, construidas directamente sobre la tierra y sin agua ni electricidad, su historia se repite y, cuando sus vecinos terminan de escuchar lo que cuenta, comienzan a vociferar: "los trabajos malos para los haitianos, lo que está fácil para los dominicanos", "ellos capataz y chofer, nosotros peones". 
El candidato a la presidencia de la República Dominicana por el PRD, Hipólito Mejía, gesticula durante un desfile electoral en Santo Domingo, este viernes. 
Jean Hercivil, de 25 años, dejó su natal Haití en enero "para buscar dinero" en Dominicana, a donde llegó sólo con la ropa que tenía puesta, un drama que viven miles de haitianos pero quedó olvidado durante la campaña presidencial dominicana. 
El candidato a la presidencia domincana por el PLD, Danilo Medina, saluda a sus seguidores durante un desfile electoral por Santo Domingo. 
Jean Hercivil, de 25 años, dejó su natal Haití en enero "para buscar dinero" en Dominicana, a donde llegó sólo con la ropa que tenía puesta, un drama que viven miles de haitianos pero quedó olvidado durante la campaña presidencial dominicana.

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