martes, 26 de junio de 2012

Mantener limpieza de Santiago: un dolor de cabeza

Por Roberto Pèrez
SANTIAGO.- Según el alcalde Gilberto Serulle varios son los factores que impiden que la recogida de basura sea puntual, como el crecimiento de la ciudad, el déficit en el pago y la falta de conciencia ciudadana.

 Explicó que para mantener la limpieza es necesario recoger diariamente entre 800 y 900 toneladas de desperdicios, cuya inversión económica supera los 30 millones de pesos cada mes y la flotilla de vehículos del Departamento de Transportación del Ayuntamiento de Santiago tiene que visitar más de 400 barrios y urbanizaciones para retirar los desperdicios que se producen diariamente. 
“Las familias de Santiago solo pagan entre 14 y 15 millones de pesos por la recogida de basura, teniendo el Ayuntamiento que cubrir el déficit económico que se registra en ese servicio municipal, que supera los 30 millones”, argumenta. 
Insiste en que en muchos de esos sectores, la mayoría de las familias no manejan los desperdicios de manera adecuada, que lanzan los mismos en cualquier lugar y en algunos casos tampoco depositan la basura dentro de los contenedores. 
Serulle dijo que inquilinos de residentes y establecimientos comerciales no acatan la disposición que prohíbe sacar basura en horas distintas a las establecidas, lo que también ocasiona serios problemas de higiene. 
Dijo que para menguar la situación ha tenido que inventar el programa “Un día con mi barrio”, desde el que trata de apaciguar el dolor de cabeza que constituye la recogida de la basura.
 A esa situación se agrega que personas tildadas como “piperas” (consumidoras de crack) y otras que se dedican al reciclaje rebuscan en los contenedores, esparciendo la basura por los alrededores. “La falta de conciencia sobre la higiene es tan grave que lleva a muchos a lanzar la basura fuera de los contenedores, pese a que mantienen sus tapas abiertas”, asegura. 
La Ley 120-99 prohíbe y castiga a toda persona que deposite desperdicios sólidos o de cualquier naturaleza en calles, aceras, contenes, parques, carreteras, caminos, balnearios y otros lugares públicos. 
Sostienen que esto ocurre pese a que se condena con dos y hasta diez días de prisión o multas de 500 a 1,000 pesos, o ambas.

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