Denver, 26 sep (EFE).- Las autoridades penitenciarias de Colorado identificaron a Miguel Alonso Contreras-Pérez, convicto de rapto y violación de una menor y desertor del ejército de Estados Unidos, como el principal sospechoso de haber asesinado a una guardia de seguridad el lunes dentro de una prisión en el sur de este estado.
Según la información oficial, el responsable del crimen, en el que también resultó con serias heridas otra guardia, sería un exsoldado que estaba sirviendo una sentencia de cadena perpetua, con un mínimo de 35 años en la cárcel.
En la mañana del pasado lunes, las guardias de seguridad Mary Ricard y Lori Gann (ambas con el rango de sargento) estaban supervisando las actividades de preparación del desayuno en la cocina de la cárcel Arkansas Valley Correctional Facility, en la localidad de Ordway, donde se alojan mil reclusos y trabajan 324 agentes penitenciarios.
Por motivos no revelados, se produjo un altercado en el que falleció Ricard y Gann debió ser hospitalizada.
Las primeras investigaciones indican que Contreras-Pérez, probablemente con la complicidad de otros reclusos, habría usado un objeto punzante para atacar a las guardias.
Sin embargo, ni Tom Clements, director ejecutivo del Departamento Penitenciario de Colorado, ni Alison Morgan, portavoz de esa repartición, proveyeron detalles de las circunstancias que habrían provocado el enfrentamiento, ni de lo que sucedió durante ese enfrentamiento.
En 2002, Contreras-Pérez raptó a una menor de 14 años de la parada de un autobús escolar en Colorado Springs y luego la violó.
Cuando la jovencita intentó escapar, Contreras-Pérez la recapturó y abusó de ella otra vez.
Tras ese crimen, Contreras-Pérez abandonó su puesto en la base de Fort Carson, en Colorado, y se dirigió a Utah, donde posteriormente se rindió a las autoridades.
En rueda de prensa este martes, la portavoz Morgan consideró que el ataque fue "un incidente aislado, que no fue parte de un incidente mayor institucional".
Pero, dijo Morgan, 17 agentes del Buró de Investigaciones de Colorado (CBI) junto con personal de la Oficina del Inspector General de este estado continuarán con las averiguaciones del caso, para determinar si hubo o no cómplices de Contreras-Pérez.
Según Morgan, Ricard, de 55 años, trabajaba en el Departamento Penitenciario desde 2003. Gann, cuya edad no se reveló, desde 2009.
La portavoz indicó que la cocina de la prisión Arkansas Valley es semejante a la cafetería de una universidad y ciertos reclusos con permiso de trabajo reciben la autorización para preparar las comidas para el resto de la población carcelaria, bajo la supervisión del personal penitenciario.
Una vez que los agentes de CBI completen la recolección de evidencia, se presentarán cargos formales contra los involucrados en el crimen, dijo Morgan.
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