Alison Whelan, una mujer que gritó “yo soy Jack Sparrow” mientras se robaba un ferry en el sur de Inglaterra, deberá pasar 112 días en prisión por tratar de personificar al protagonista de la cinta Piratas del Caribe.Whelan se refirió a Sparrow mientras intentaba escapar a bordo del ferry Dart Princess, en el río Dart, en Devon.
Tras una persecución de más de una hora, que involucró a más de 30 personas, fue detenida y el barco fue regresado a puerto.
Fue encarcelada tras ser hallada culpable de hurto agravado de vehículos en la ciudad de Torquay.
La corte en esa ciudad supo que Whelan estaba bajo los efectos del alcohol y de las drogas cuando robó el ferry.
Pirata del siglo XXI
La acusada, de la localidad de Paignton, y una acompañante buscaron refugio en el barco el 10 de septiembre de 2011, tarde en la noche.
A los magistrados se les dijo que Whelan había estado tomando durante dos días y había consumido belladona, una planta venenosa que puede provocar delirio y alucinaciones.
Ella llamó a una ambulancia después de temer que estuviera sufriendo un ataque, pero decidió soltar las amarras del barco después de que la policía llegó al lugar en la madrugada.
Según escuchó la corte, mientras se alejaba dijo que era una pirata del siglo XXI y gritó “yo soy Jack Sparrow”, en alusión al personaje interpretado por el actor Johnny Depp en Piratas del Caribe.
La persecución del barco duró más de una hora e involucró a más de 30 personas entre personal de ambulancias, guardacostas y oficiales de policía.
Eventualmente el navío fue asegurado y llevado de vuelta al puerto.
Mientras estaba en las aguas, el ferry golpeó el catamarán Force Majeure y otra embarcación llamada Tomcat, causando daños en ambas y generando pérdidas de hasta US$2.400 para el ferry.
“Un shock para el sistema”
Cuando fue arrestada, Whelan dijo que desató algunos de los cabos porque se había enredado en ellos y que habría terminado en Saint Tropez (en la Costa Azul, en Francia) de no haber sido detenida.
Después de su sentencia este miércoles, el gerente de operaciones de la compañía Paignton Pleasure Cruises, Ashley Lane, dijo que la compañía está “satisfecha con la decisión”.
Dijo: “El hecho es que si las circunstancias hubieran sido diferentes en relación con la marea, podría haber sido algo serio”.
“Ella podría haber resultado herida de gravedad si (el barco) se hubiera salido del río”.
Añadió que se trató de “un incidente único que nunca antes habíamos experimentado”.
“Fue un shock al sistema recibir una llamada a las tres de la mañana con la información de lo que había pasado”.
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