AFP Con 1.400 millones de adultos en el mundo con problemas de sobrepeso, la obesidad se ha convertido en una especie de pandemia mundial que necesita una respuesta contundente, aseguraron los expertos el sábado en Davos.
Los políticos y las autoridades sanitarias deben tratar de luchar contra la obesidad mórbida con la misma determinación que contra el tabaco, recordaron expertos en salud y nutrición en el Foro Económico Mundial, que durante cinco días reunió a la elite mundial de la política, la economía y la ciencia.
El creciente consumo de alimentos poco saludables y una vida cada vez más sedentaria generan crecientes problemas de diabetes, cardiovasculares, y mata a 2,8 millones de adultos anualmente, recordaron.
"En 20 años más, si las cosas siguen como ahora, es posible que entre el 50-60% de la población adulta padezca sobrepeso", dijo Linda Fried, la decana de Mailman School of Public Health de la Universidad de Columbia, que participó en el debate en la estación alpina suiza.
"Si fuera una enfermedad infecciosa la llamaríamos pandemia.
No es regional, es mundial, aumenta rápidamente y sigue creciendo: son las definiciones básicas de una pandemia", recordó.
El primer paso para luchar contra esta crisis sanitaria es parar de echarle la culpa a los obesos por su problema.
"En 30 años, el porcentaje de la población con sobrepeso se ha duplicado", dijo Fried. "No parece que haya una falta de voluntad colectiva".
La culpa, más bien, la tiene la facilidad con que se encuentra la comida rica en calorías y la creciente urbanización, que hace que la gente sea cada vez más sedentaria.
Según Lisa MacCallum Carter, vicepresidenta de Nike para Acceso al Deporte, los ciudadanos estadounidenses se mueven un 32% menos ahora que en 1967, y si esta tendencia continúa para 2030 habrán reducido a la mitad su actividad.
En una generación, los chinos también se moverán un 45% menos, según un estudio.
A eso se suma el hecho de que los alimentos sean menos saludables, más grasos, más salados y sea más fácil producir comida artificial y distribuirla.
"Y tal como funcionan los mercados, estas tendencias se acelerarán rápidamente", dijo Marc Van Ameringen, el director ejecutivo de la Alianza Mundial para Mejorar la Nutrición (GAIN, por sus siglas en inglés).
Algunos Gobiernos, como el de Estados Unidos, lo fomentan con subsidios a la industria alimentaria como el jarabe de maíz, ampliamente utilizado en la comida preparada y como edulcorante o espesante.
Según el presidente de Nestlé, Paul Bulcke, los consumidores piden que la "comida sepa bien y que esté equilibrada", aunque también aseguró que es necesario que se eduque a la gente a comer mejor.
Algunos políticos han tomado medidas valientes para luchar contra la obesidad, como el alcalde de Nueva York Michael Bloomberg, recordó Fried.
Su cruzada contra la comida basura ha hecho que se prohíba la venta de bebidas refrescantes con un tamaño mayor de 16 onzas y obliga a las cadenas y restaurantes de comida rápida a informar sobre el número de calorías de lo que sirven.
Para los expertos, medidas como estas reglas que obliguen a especificar este tipo de información, limiten el tamaño de las raciones o se aumente la imposición a la comida basura podría suponer un punto de inflexión.
MacCallum Carter, de Nike, también hizo hincapié en la necesidad de hacer más actividad física, tanto para adultos, pero sobre todo para los niños, tanto en casa como en el colegio.
Eso mejora en un 40% los resultados escolares, dijo.
"Tenemos una emergencia sanitaria, es mundial y tiene enormes dimensiones... Sólo podemos resolverlo juntos", zanjó Fried.
Con 1.400 millones de adultos en el mundo con problemas de sobrepeso, la obesidad se ha convertido en una especie de pandemia mundial que necesita una respuesta contundente, aseguraron los expertos reunidos en Davos.
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