Murió el "Jefe de Jefes", ¿y ahora qu
Era uno de los narcotraficantes más buscados del mundo. Arturo Beltrán Leyva, alias "La Muerte", "El Barbas" o "El Botas Blancas" fue abatido a tiros en un enfrentamiento con agentes de la Marina la noche del miércoles en una lujosa zona habitacional de Cuernavaca, unos 80 kilómetros al sur de la capital.
Las autoridades mexicanas habían ofrecido US$2,4 millones por su captura, pero como gozaba de la protección de policías corruptos, había logrado desarrollar su vida y sus negocios con plena libertad entre mansiones de lujo a poca distancia de los centros de poder en Ciudad de México.
Estuvo fuertemente protegido, hasta que una operación de inteligencia logró terminar con la vida de uno de los más legendarios capos del crimen organizado, quien se hacía llamar el "Jefe de Jefes".
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El presidente de México, Felipe Calderón, dijo desde Copenhague que la muerte de Arturo Beltrán Leyva representa un logro muy importante.
"Es un golpe contundente contra una de las organizaciones criminales más peligrosas de México y del continente", señaló el mandatario.
Calderón informó que resultaron muertos siete sicarios y un miembro de la Armada y agregó que la operación "fue producto de una intensa labor de inteligencia".
Alerta en Cuernavaca
El Ejército, la Marina y las fuerzas policiales mantienen este jueves en fase de alerta la seguridad en Cuernavaca tras el operativo que culminó con la muerte de "El Barbas".
Las principales avenidas de la ciudad están fuertemente custodiadas y el perímetro que rodea la zona donde se registraron los tiroteos se encuentra cercada.
Cerca de 500 soldados resguardan los cuerpos de Arturo Beltrán y los otros presuntos sicarios que murieron en los enfrentamientos.
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Algunos vecinos, que no quieren ser identificados, dicen que han vivido "horas de terror" y que temen una represalia por parte de los miembros del cartel de los hermanos Beltrán Leyva.
"Los propios militares te dicen que te agaches, que te tires al suelo y después escuchas balas, no sabes lo que pasa", declaró un testigo.
Varias puertas de los departamentos aledaños al inmueble donde se encontraban los narcotraficantes fueron derribadas y la comunidad se vio atrapada en medio de un fuego cruzado con armas de alto calibre y granadas de fragmentación.
"Pensé que íbamos a morir", declaró otro vecino sin revelar su nombre.
La Virgen y la Biblia
Los propios militares te dicen que te agaches, que te tires al suelo y después escuchas balas, no sabes lo que pasa
Testigo del tiroteo
Cerca de las ocho de la noche del miércoles fueron escuchadas las primeras detonaciones. El "Jefe de Jefes" y sus escoltas habían decidido no rendirse y permanecían atrincherados en el interior de un departamento en Cuernavaca.
Beltrán Leyva fue abatido a tiros en la entrada del inmueble por infantes de Marina que le habrían disparado desde las escaleras. El capo traía miles de dólares y pesos mexicanos, estampas religiosas, escapularios chinos y bolsas de santería en su pantalón.
clic Los artistas y las "narcofiestas"
Según muestran las imágenes difundidas por la televisión local, en la mesa del comedor quedó servido un plato de huevos con jamón, fruta en dos bandejas y un álbum de fotos familiares.
El interior del departamento quedó deshecho por la detonación de las granadas y el intercambio de balazos.
Fuentes oficiales informaron que uno de los escoltas decidió suicidarse lanzándose al vacío desde una habitación del inmueble y que fue baleado desde el exterior, según el testimonio de los agentes que participaron en el operativo.
El joven murió con un rosario en su cuello. Objetos religiosos, amuletos y estampas de santos quedaron esparcidos sobre los cadáveres, según las imágenes difundidas tras el operativo.
En la habitación principal quedó la Biblia y un cuadro de la Virgen. En otra recámara fueron halladas unas botas de piel de cocodrilo junto a ropa de la marca Hugo Boss y algunos juguetes de niños.
Cuatro horas de tiroteo
Las fuerzas especiales irrumpieron en una fiesta de graduación que se celebraba en una de las piscinas del complejo habitacional, llevaron a los jóvenes a un gimnasio y les pidieron que no usaran sus celulares, informa la prensa local.
El enfrentamiento duró cuatro horas, informó José Luis Vergara, portavoz de la Secretaría de Marina.
"Cuando estaba cercado en el área donde le capturaron, Beltrán Leyva empezó a hacer fuego y lamentablemente usó granadas", agregó.
El capo y sus hermanos crearon una de las organizaciones más poderosas en México tras escindirse del cartel de Sinaloa y convertirse en su rival.
Golpe al crimen organizado
La muerte de Arturo Beltrán Leyva ha sido calificada por analistas como una victoria para el gobierno de Felipe Calderón, quien hace tres años lanzó su "guerra contra el crimen organizado", pero que hasta ahora sólo había logrado la captura de jefes de segundo y tercer nivel.
El último gran golpe al narcotráfico había sido la detención del capo Benjamín Arellano Félix en 2002 y la muerte de su hermano Ramón, durante el gobierno del presidente Vicente Fox.
Sin embargo, algunos expertos creen que se trata de una victoria en términos relativos porque, al fin y al cabo, los capos son piezas reemplazables que se sustituyen rápidamente por otros miembros de la organización.
Lo que podría ocurrir ahora, prevén algunos, es que se desate una nueva ola de violencia porque posiblemente el rival cartel de Sinaloa intentará recuperar terreno en estados como Morelos, Guerrero y en Ciudad de México.
"Si lo advierten débil (al cartel), probablemente (los de Sinaloa) intenten fortalecer acciones para avanzar en territorio o en posiciones y esto puede significar enfrentamientos entre ellos", dijo este jueves el fiscal general Arturo Chávez Chávez.
Como suele ocurrir al romperse el equilibrio de poder entre las organizaciones delictivas, con el descabezamiento de alguno de sus líderes, el caos y la incertidumbre se transforman en terreno fértil para que los competidores aprovechen el espacio con el objetivo de fortalecerse y tomar control de las rutas de distribución.
¿Quién gana la guerra?
Desde fines de 2006, el gobierno de Calderón ha desplegado en las calles del país cerca de 50.000 soldados y han muerto más de 15.000 personas en incidentes relacionados con los carteles de la droga.
Los críticos del uso del Ejército para enfrentar a los carteles, incluidos miembros del partido gobernante, opositores, la Iglesia y organizamos de derechos humanos, señalan que la estrategia de seguridad de Calderón ha sido fallida y que sólo ha provocado más violencia sin atacar las causas estructurales de la crisis.
El gobierno, en cambio, con apoyo de Estados Unidos, plantea que se han registrado decomisos históricos de armas, droga y dinero y que se han capturado narcotraficantes y secuestradores como nunca antes en la historia del país.
El número de muertos que día a día llenan las portadas de los periódicos es precisamente el punto clave de la polémica: para unos es la prueba evidente de que el gobierno está perdiendo su "guerra", mientras que para otros, como el embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, es una señal del éxito del combate contra la delincuencia organizada.
Récord de asesinatos
Si lo advierten débil (al cartel), probablemente (los de Sinaloa) intenten fortalecer acciones para avanzar en territorio o en posiciones y esto puede significar enfrentamientos entre ellos
Arturo Chávez Chávez, fiscal general
Justamente el día en que fue abatido Arturo Beltrán Leyva, el crimen organizado asesinó a 64 personas en todo el país, convirtiéndose en la jornada más violenta de los últimos años.
No sólo porque mataron a 64 personas, sino por la forma en que muchos de los asesinatos se llevaron a cabo. En Sonora fueron arrojados desde una avioneta los cuerpos decapitados de dos hermanos.
En Durango aparecieron seis cabezas de policías y sus cuerpos aún no han sido encontrados. En la noche aparecieron dos cabezas más en el estado de Michoacán.
Esto se suma a los cuerpos descuartizados hallados en bolsas de plástico en Guerrero, a las víctimas de Baja California, Chihuahua, Sinaloa y Jalisco. Todo en un solo día.
Sin duda una jornada inolvidable… pero al parecer, no está tan claro quién está ganando realmente la llamada guerra contra el crimen organizado. Lo cierto, coinciden expertos, es que los mexicanos, especialmente los que viven en las zonas más violentas, no han visto mejorada su calidad de vida y se preguntan cada día si sus hijos volverán a casa
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