foto.Albert Pujols de los Cardenales de San Luis dispara un jonrón durante el noveno inning
SAN LUIS (AP) — Los jonrones de Albert Pujols. El teléfono misterioso que traicionó a Tony La Russa. Un equipo en Texas que promete ser una dinastía.
Todo lo que una Serie Mundial de béisbol debe tener para fascinar a un fanático está a la vista, pero en Estados Unidos la indiferencia es la tónica en torno a la disputa de la corona de un deporte que siempre se ha vanagloriado por ser el "pasatiempo nacional".
Cada reporte de la teleaudiencia arroja cifras negativas, con índices que están por los suelos.
Tome por ejemplo el tercer juego el sábado, cuya teleaudiencia registró un índice de 6.6, el segundo peor que se conozca desde el 6.1 del tercer partido del duelo entre Filadelfia y Tampa Bay en 2008.
El del sábado fue el duelo en el que el dominicano Pujols protagonizó una memorable exhibición de bateo al sumarse a Babe Ruth y Reggie Jackson como uno de los tres únicos jugadores que conectan tres jonrones en un mismo juego del Clásico de Otoño.
La teleaudiencia se mantuvo casi en el mismo nivel el lunes en un juego que será recordado por la trastada de La Russa con sus lanzadores relevistas en el octavo inning al entendérsele mal al llamar al teléfono del bullpen.
¿Por qué tan flojo interés tras una de las postemporadas más apasionantes de tiempos recientes?
Algunos dicen que la eliminación prematura o ausencia de los históricos y más populares equipos de las costas Este y Oeste, como los Yanquis de Nueva York, Medias Rojas de Boston, Filis de Filadelfia y Dodgers de Los Angeles, influye bastante.
Cuando se esgrime ese argumento, los partidarios de los Cardenales de San Luis y los Rangers de Texas —los actores de la edición 107 de la Serie Mundial— se indignan por la falta de cortesía.
San Luis es una de las ciudades más beisboleras del país. Texas se ha dejado seducir por sus Rangers, que disputan su segundo clásico consecutivo. Tanto así que el índice de 40.0 en Dallas superó las cifras de todos los partidos de los Mavericks cuando a mediados de año se coronaron campeones de la NBA.
También se advierte que mucho ha cambiado con respecto a 1986, cuando el séptimo juego de la serie entre los Mets de Nueva York y Boston alcanzó un índice de 38.9. Se menciona que ahora hay más canales de televisión y que el fanático puede seguir los juegos por la Internet, iPads o teléfonos inteligentes. Otra queja es que los partidos se transmiten a una hora muy tarde para espectadores menores de edad.
Fuera de Estados Unidos la historia es distinta.
"En Venezuela es una loquera", dijo el torpedero de los Rangers. "Toda mi familia, todos mis amigos, me dicen que están siguiendo los juegos día a día, que todo el mundo está aupando por Texas ya que es el único equipo con venezolanos".
"No le pongo mucha atención que los 'raitings' hayan bajado o subido", agregó. "No saben lo que se están perdiendo, esta es una Serie Mundial muy interesante".
El comisionado de las Grandes Ligas Bud Selig se ha mostrado imperturbable ante los datos e incluso se expresó entusiasmado con respecto a las inminentes negociaciones de los contratos de tranmisión televisiva con las cadenas Fox y Turner que aportan 3.000 millones de dólares a sus arcas entre 2007-13.
"Vamos a tener mucha más competencia, con gente dispuesta a pagar. Eso me dice más que cualquier otra", dijo Selig.
Algunas voces creen que las mayores deberían estudiar alternativas audaces para modificar el formato de la Serie Mundial para generar más expectativa.
Scott Boras, uno de los agentes de jugadores más poderosos, dijo al diario USA Today que le propuso al comisionado que establezca de forma predeterminada una sede neutral —en una ciudad con clima caluroso y no expuesto a las inclemencias del tiempo— para los dos primeros juegos y luego completar la serie en los estadios de los equipos participantes.
Pero Selig es un firme defensor de la tradición y la idea que promueve es expandir los playoffs con par de comodines adicionales.
Andrus no lamenta nada: "La alegría que esto ha traído para dos ciudades es bien grande", dijo. "Todo el mundo quiere ver a los Yanquis, a los Filis, pero es lo que pasó este año".
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