ATENAS (Reuters) - El lunes, un catedrático de geología de 38 años se ahorcó desde un poste de luz público de Atenas, y el mismo día un sacerdote de 35 años se lanzó al vacío desde su balcón en el norte de Grecia.
El miércoles, un estudiante de 23 años se pegó un tiro en la cabeza.
Para un país que tiene la tasa de suicidios más baja en el mundo, el aumento en el número de estos casos en medio de la aguda crisis económica tiene impactada y consternada a la nación mediterránea - y a los medios - antes de las elecciones del 6 de mayo.
Pero la muerte -particularmente macabra- del farmacéutico Dimitris Christoulas, que se pegó un tiro en la cabeza en una esquina del centro de Atenas por causa de la pobreza generada por la crisis que ha dejado a millones de griegos sin empleo, fue por lejos la más dramática.
Antes de dispararse -a la hora más ajetreada de la mañana del 4 de abril en la Plaza Syntagma y frente al edificio del Parlamento griego- el jubilado de 77 años se dio el tiempo de escribir una nota.
"No veo otra solución que este final dignificado para mi vida para no encontrarme buscando en latas de basura para subsistir", escribió Christoulas, que desde entonces se ha convertido en símbolo nacional del sufrimiento provocado por la austeridad, que está afligiendo a millones.
Desde entonces, los medios griegos han reportado suicidios similares casi a diario, empeorando una sensación de pesadumbre poco antes de la elección de la semana próxima.
La elección fue convocada después de que el Gobierno del primer ministro interino Lucas Papademos completase su mandato de asegurar un nuevo acuerdo de rescate de sus acreedores extranjeros por medio de nuevos recortes del gasto.
Algunos expertos médicos afirman que esta forma de suicidio político es reflejo de la creciente desesperación y sensación de desamparo que muchos sienten. Pero otros advierten que los medios podrían estar amplificando el ánimo de la crisis con sus coberturas y que las cifras podrían haberse incrementado sólo ligeramente.
"La crisis ha desencadenado una sensación creciente de culpa, de pérdida de autoestima y humillación para muchos griegos", dijo a Reuters Nikos Sideris, connotado psicoanalista y autor en Atenas.
"El pueblo griego no quiere ser una carga para nadie y existe esta sensación cada vez mayor de desamparo.
Algunos desarrollan una actitud de odio hacia sí mismos y eso lleva a la autodestrucción. Eso es lo que está detrás de la subida en los suicidios y en los intentos de suicidios. Estamos viendo una categoría completamente nueva: suicidios políticos", dijo.
La policía dijo que el catedrático de geología, Nikos Polyvos, que se ahorcó, estaba angustiado porque una oferta para un puesto de profesor había sido bloqueada por el congelamiento global en las contrataciones en el sector público.
NACION EN SHOCK
Expertos afirman que las cifras son relativamente bajas: menos de 600 suicidios al año. Pero el incremento en los casos y en los intentos de suicidios, el uso de medicamentos para la depresión y la necesidad de ayuda psiquiátrica están generando alarma en una nación desacostumbrada a los problemas.
Antes que la crisis financiera empezara a causar estragos, el 2009, Grecia tenía una de las tasas de suicidios más bajas del mundo: un 2,8 por ciento por cada 100.000 habitantes. Hubo un aumento de un 40 por ciento en los suicidios durante el primer semestre del 2010, según el Ministerio de Salud.
No hay estadísticas confiables para el 2011, pero expertos afirman que la tasa de suicidios en Grecia probablemente se ha duplicado a cerca de 5 por 100.000 habitantes.
El porcentaje sigue lejos del nivel de un 34 por 100.000 habitantes visto en Finlandia o de los 9 suicidios por 100.000 personas en Alemania. Los intentos de suicidio y la demanda por ayuda psiquiátrica se han elevado mientras Grecia intenta lidiar con su peor crisis económica desde la Segunda Guerra Mundial.
Nikiforos Angelopoulos, profesor de psiquiatría, tiene una concurrida práctica de psicoterapia en un vecindario lujoso en Atenas.
Afirma que la crisis ha exacerbado los problemas para algunas personas que ya eran menos estables y estima que cerca de un 5 por ciento de sus pacientes han desarrollado problemas debido a la crisis.
"Somos una nación en shock", aseveró, aun cuando el especialista sospecha que fue la cobertura de los medios sobre los suicidios la que había aumentado drásticamente, más que la cifra real de muertes. Afirmó, no obstante, que la crisis estaba detrás de un incremento notable en los problemas de salud mental en Grecia.
"Tuve un paciente que vino con una depresión severa: es dueño de una compañía que fabrica muebles que tuvo problemas financieros y tuvo que despedir a 200 de sus 100 trabajadores", dijo.
"No podía dormir por eso. Dijo que su negocio estaba siendo arruinado y que no podía soportarlo más", sostuvo.
El empresario pasó cuatro meses en terapia y además tuvo la ayuda de antidepresivos, dijo Angelopoulos.
"Ahora está mejor.
Entendió que lo que pasó sencillamente pasó. Pero hay muchos otros que para empezar son inestables o psicóticos y la crisis está elevando su ansiedad e inseguridad", explicó.
Angelopoulos, de 60 años, también se ha visto afectado porque cerca de un 20 por ciento de sus pacientes ya no puede pagar su tarifa de 100 euros (130 dólares) por hora de sesión.
Algunos le han pedido un descuento de la mitad del precio, mientras que otros le dicen que sencillamente no pueden darse el lujo de pagar nada.
"Nunca le doy vuelta la espalda a las personas", dijo. "Si un paciente me dice 'no tengo dinero', no podría decirle que se fuera. Les digo 'bueno, no tiene que pagarme ahora pero acuérdese de mí después", comentó.
¿GRIEGOS FELICES?
Existen muchas posibles explicaciones para la baja tasa de suicidios de Grecia que van más allá del hecho de que el país sea abundantemente soleado y tenga un clima agradable.
Para evitar estigmatizar a sus familias, algunos griegos suicidas se estrellan deliberadamente en sus autos y la policía reporta los casos como accidentes. Familias a menudo intentan encubrir los suicidios para que sus seres queridos puedan ser enterrados, puesto que la Iglesia Ortodoxa Griega se rehúsa a oficiar sepelios para personas que se quitaron la vida.
Otro factor importante detrás de la baja tasa de suicidios es que los griegos sostienen relaciones extremadamente cercanas con sus familias y tienen una cultura altamente comunicadora y expresiva.
"Grecia es un país donde todo el mundo conversará contigo", dijo Sideris, el psicoanalista de Atenas. "Siempre encontrarás a alguien para que comparta tu sufrimiento y siempre hay alguien dispuesto a ayudar", sostuvo.
"No es por el buen clima. Es la red de apoyo de las personas lo que ha hecho la tasa de suicidios de Grecia tan baja. Todavía está ahí, pero esta crisis es demasiado para algunas personas", explicó.
Muchos griegos tampoco han perdido su sentido del humor.
Dimitris Nikolopoulos, un vendedor de 37 años, se rió ante la idea de que la tasa de suicidios fuera baja porque los griegos estén bien adaptados y sean en general un pueblo optimista.
"Los griegos solían ser personas sumamente felices porque vivían de un dinero que no nos pertenecía", declaró con una sonrisa. "Pero a veces tienes que enfrentar la realidad. No era tu dinero", agregó.
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