lunes, 2 de abril de 2012

Vicario dice males como el desempleo y la corrupción crucifican a Jesús.

Desempleo y corrupción crucifican a JesúsPor Roberto Pérez
Son la pasión de los más pobres, que no tienen posibilidades de resucitar
 SANTIAGO.- El padre Edwin Alonzo, vicario Arquidiocesano de Pastoral, afirmó que el desempleo y la corrupción crucifican a Jesús en los más pobres, que por causa de esos males sociales no pueden resucitar.

 El sacerdote señaló que la baja inversión en la Educación, es otra cruz que limita las posibilidades de la juventud, que no pueden volver a la vida al no tener oportunidades.
 De acuerdo al párroco de la iglesia Sagrado Corazón de Jesús de Licey, la corrupción enriquece a unos y crucifica a los que menos tienen. Alonzo consideró como otra carga de este tiempo, la violencia generalizada como una forma de resolver problemas “lo que lleva a las personas a no sentir compasión por sus hermanos”. 
 El ministro de la iglesia católica llamó a fortalecer la familia “que es una cruz que los cristianos deben cargar con amor, paciencia, invertir tiempo, dinero y lágrimas, para resucitar en hijos felices y realizados”. Según dijo, la sociedad está siendo impactada negativamente por la falta de compromiso y la cultura de la comodidad, sin embargo el dolor, sacrificio, esfuerzo y trabajo, tienen un propósito en la vida de las personas.
 “Si no se carga la cruz del estudio no se puede resucitar, si no se carga la cruz del trabajo no se puede producir el sustento, si no se carga la cruz de educar a los hijos no se puede resucitar en ellos”, dijo. 
 El sacerdote dijo que esa falta de obediencia y amor al cargar las cruces, da como resultado las familias disfuncionales, divididas, donde cada quien es una isla. 
 Alonzo expresó que, la falta de compromiso con la familia es la razón por la que se ha instaurado la cultura de la muerte, el irrespeto a la vida, el “na e´na”. 
 El Vicario Arquidiocesano de Santiago, además llamó a los cristianos a vivir la Semana Santa, santamente, a reflexionar sobre sus vidas cristianas y tener un encuentro con su yo. El sacerdote dijo que esta experiencia de Dios se debe compartir en familia, donde todos juntos profundicen en los misterios del Señor. Según expone, este tiempo es propicio “para tener en cuenta mi propio yo, mi interioridad y tratar de ser mejor cristiano y un mejor ciudadano, que es lo que el mundo necesita hoy”. Alonzo asegura que cada quien puede aportar a transformar la sociedad desde la familia, la iglesia, clubes sociales, juntas de vecinos. 
 “No podemos ser entes pasivos, debemos aportar para que el mundo resucite”, expresó. El párroco de la Iglesia Sagrado Corazón de Jesús de Licey, señaló que en esta época preelectoral se debe reflexionar en la Semana Mayor sobre el futuro del país, de la familia y de cada individuo. 
 “La Semana Santa es la conclusión de una preparación que comienza con la cuaresma, en base a los misterios centrales de la fe de los cristianos, donde se celebra la pasión, muerte y resurrección de Jesús”, manifestó.

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