Asunción, 27 jun (EFE).- El exgobernante de Paraguay Fernando Lugo anunció hoy en una entrevista con Efe que interpondrá recursos internacionales contra el juicio político que le costó la Presidencia el pasado día 22, pero admitió que ve muy difícil regresar al poder en las actuales condiciones.
Tranquilo y sonriente, el exobispo de San Pedro, uno de los departamentos del interior paraguayo, indicó que la última palabra no está dicha y que uno de sus últimos recursos es pelear en el exterior. Vamos a demandar al hecho que ocurrió el viernes pasado, si es posible, a estrados judiciales a nivel internacional, anunció desde la sede del partido País Solidario, del minoritario Frente Guazú, formación izquierdista que le mantiene el apoyo.
Rodeado de sus más cercanos colaboradores, muchos de ellos exministros que le acompañaron hasta su repentina salida del poder, el exjefe de Estado adelantó también que nunca vislumbró que no completaría su gestión ni tampoco el momento ni la forma en que concluyó.
Lugo, sucedido el día 22 por su vicepresidente Federico Franco, del Partido Liberal, tras ser considerado "culpable" de mal desempeño en sus funciones, admitió haber sentido más cercana esa posibilidad en el ecuador de su mandato de cinco años, iniciado en 2008, cuando "la clase política consideraba que yo no tenía en cuenta a los partidos", sino "que quería gobernar solamente con los grupos sociales, los campesinos, los obreros".
El exobispo, que hace cuatro años rompió con 61 años de hegemonía del Partido Colorado tras aliarse con el Partido Liberal, recordó que es "la primera vez que (esas dos agrupaciones) se unen ante el objetivo común de deponer al presidente constitucionalmente elegido".
En la entrevista con Efe, Lugo se mostró en contra de que el Mercosur, el bloque que su país conforma con Argentina, Brasil y Uruguay, imponga sanciones económicas a Paraguay en la cumbre que celebrará este viernes en la ciudad argentina de Mendoza para analizar la crisis.
También en Mendoza y el mismo día se celebrará una cumbre extraordinaria de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) para tratar el mismo caso.
En cambio, se mostró partidario de que la clase política de su país reciba "un llamado de atención" de la comunidad internacional.
"Algo tienen que hacer", advirtió el exmandatario, que no obstante ve "muy difícil" volver a la Presidencia y aclara que ese no es el objetivo de las movilizaciones pacíficas que él ha impulsado desde comienzos de la semana.
Las marchas tienen como meta "que la gente demuestre su descontento", sostuvo, para luego agregar que también "tiene el derecho a manifestarse, a demostrar su indignación y que no están de acuerdo con lo que ha acontecido la semana pasada".
Además, dijo que los miembros de la misión anunciada el martes al país por la Organización de Estados Americanos y que se realizará después de la cita mendocina "tiene que escuchar a todos los sectores" paraguayos y también su versión.
Sin abandonar su habitual tono conciliador pese a la difícil situación en la que se encuentra, Lugo defendió la postura asumida en el proceso por las Fuerzas Armadas, "una de las instituciones más creíbles del país".
"Son las que más se han adaptado al proceso democrático paraguayo y siempre han actuado institucionalmente.
Tienen una gran madurez y su reacción institucional es digna de admirar", apuntó.
Asimismo defendió la actuación de la Iglesia católica, de la que se desvinculó para hacer carrera política y que en esta crisis le pidió dimitir, por haber querido "pacificar".
"Ellos han interpretado que lo mejor que podían hacer era darle el apoyo al presidente que asumió el sábado pasado", observó.
Consultado sobre las versiones que lo acusan de haber sido demasiado "blando" con sus oponentes respondió:
"No sé si blando, pero Fernando Lugo nunca ha confrontado cuando la confrontación podía llevar a la polarización de la sociedad".
Por último, para reforzar su aparente claudicación en la lucha por retornar a la Presidencia, admitió que analiza la posibilidad de encabezar las listas al Senado por el Frente Guazú en las elecciones presidenciales de 2013 porque en estos momentos es un "ciudadano activo" y puede aspirar a ese cargo.
Si hubiese terminado su mandato presidencial, Lugo se habría convertido en senador vitalicio, según dispone la Constitución paraguaya, que impide la reelección y el anticipo de elecciones. EFE
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