El presidente Barack Obama dirige unas palabras a la prensa antes de una reunión con representantes de la Asociación de Jefes de Policía de las Principales Ciudades . |
WASHINGTON (AP) — Varios jefes de fuerzas locales de seguridad que se reunieron el lunes con el presidente Barack Obama lo apremiaron a mejorar tanto la revisión de antecedentes personales para la compra de armas como los sistemas de salud mental, pero no avalaron sus propuestas más polémicas para reforzar el control de las armas.
El mensaje de alguaciles y jefes policiales congregados en la Casa Blanca reflejó la realidad política en el Congreso de que la prohibición de los fusiles de asalto en particular tendría difícilmente un apoyo amplio.
El presidente pareció reconocer también la complejidad de conseguir todo lo que desea del Congreso, dijeron algunos participantes del encuentro.
"Apoyamos mucho la prohibición de las armas de asalto" como jefes policiales, dijo el director de la Policía del condado de Montgomery, Maryland, J. Thomas Manger, en una entrevista con The Associated Press. "Pero creo que todos comprenden que puede ser una batalla muy dura de ganar.
Una de las cosas que el presidente sí dijo es que no podemos ver eso como que tenemos que conseguir todas esas cosas o que no hemos ganado".
Las opiniones estuvieron divididas en el encuentro sobre la prohibición de las armas de asalto y sobre las restricciones a los cargadores de alta capacidad, dos medidas que el presidente apoya.
Mientras Manger dijo que los jefes policiales de grandes ciudades apoyan ese tipo de control de armas, algunos de los alguaciles elegidos que estuvieron en la reunión podrían no respaldarlo.
"Creo que lo que quedó claro fue que el control de armas en sí no es la solución a este problema", estimó el alguacil Paul Fitzgerald, del condado de Story, Iowa, quien fue uno de los 13 responsables de fuerzas de seguridad que se reunieron con el presidente Obama, el vicepresidente Joe Biden y miembros del gabinete durante más de una hora.
El encuentro tuvo lugar en una mesa de conferencias en el Salón Roosevelt.
En el encuentro, Obama dijo que ningún grupo es más importante que la Policía en el debate sobre las armas de fuego. Afirmó que reconoce que el tema "desata mucha pasión en todo el país" pero que el Congreso necesita escuchar los puntos de vista de la Policía.
El mandatario exhortó al Congreso a que apruebe la prohibición a la venta de armas de asalto, límites a la capacidad de los cargadores y que sea obligatorio la revisión de los antecedentes de los interesados en la compra de un arma.
"Tenemos la esperanza de que si representantes de los cuerpos policiales, que lidian con estas situaciones día tras día, pueden llegar a un consenso sobre las medidas que hay que tomar, el Congreso les prestará atención y podremos progresar", declaró el mandatario.
Añadió que el gobierno también necesita considerar más seriamente los temas de la salud mental y de seguridad en las escuelas y que debería ayudar a las agencias policiales a contratar más agentes, mejorar su entrenamiento y afianzar las capacidades de los cuerpos policiales rurales.
"Muchos de ellos también reconocen que no se trata solamente de las masacres que acaparan los titulares de la prensa, dijo Obama.
"Se trata también de lo que ocurre día a día en lugares como Chicago o Filadelfia, donde hay jóvenes que caen víctima de las balas todos los días".
El presidente hizo sus declaraciones durante la reunión en la Casa Blanca con representantes de la Asociación de Jefes de Policía de las Principales Ciudades, la Asociación de Alguaciles de los Principales Condados y otros jefes policiales que atendieron las matanzas a tiros ocurridas en 2012 en Aurora, Colorado; Oak Creek, Wisconsin y Newtown, Connecticut.
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