sábado, 1 de octubre de 2011

Inicio de temporada de Premios Nobel genera expectativas

El peruano Mario Vargas Llosa, izquierda, recibe el premio Nobel de Literatura
ESTOCOLMO (AP) — Científicos, escritores y promotores de la paz en todo el mundo contienen el aliento a la espera del anuncio de los premios Nobel la semana entrante ante la posibilidad de recibir una llamada telefónica desde Suecia que les cambiará sus vidas si les anuncia que son ganadores de 1,5 millones de dólares.
El secretario del comité del Premio Nobel para Medicina, Goran Hansson, hará la primera llamada.
"A veces piensan que estoy bromeando", dijo Hansson, quien anunciará el lunes al primero de los premios Nobel de 2011 después de que haya telefoneado a los ganadores.
"Por lo general converso con ellos algunos minutos", dijo Hansson a The Associated Press. "Les explico un poco lo de la ceremonia y demás les recomiendo que se preparen un café, tomen aliento y se preparen un poco antes de que comiencen a llamarles los medios".
Los premios Nobel, que se entregan cada año desde 1901, recompensan los avances en medicina, física, química, literatura y la paz.
El premio de economía no es estrictamente un Nobel porque no quedó asentado en 1895 en el testamento del creador de los galardones, Alfred Nobel, el rico empresario sueco inventor de la dinamita. Este premio lo creó en 1968 el banco central de Suecia en memoria de Nobel.
Todos los premios son anunciados en Estocolmo salvo el Nobel de la paz, que es entregado en la capital noruega, Oslo, de acuerdo con el deseo de Nobel. Cuando vivía el empresario, Noruega y Suecia conformaban una unión.
Aunque los Nobel de literatura y de la paz son los más mediáticos —y sus ganadores incluyen a personalidades como Winston Churchill, Ernest Hemingway, la madre Teresa de Calcuta y el presidente Barack Obama_, los de ciencias tal vez tengan una repercusión mayor en los ganadores.
Muchos de ellos han trabajado durante décadas con poco reconocimiento fuera del ámbito de sus investigaciones y de súbito saltan a los reflectores mundiales, aunque sólo sea por un día.
Es un momento conmovedor cuando estos sabios, a menudo de pelo blanco y algo desgarbados reciben sus diplomas y medallas de oro por el Nobel que les entrega el rey Carlos XVI Gustavo durante la ceremonia anual del 10 de diciembre.
Las conjeturas sobre los ganadores de este año del Nobel de la paz se desplazan hacia las revoluciones en los países árabes en Africa del norte y el Medio Oriente.
El jurado siempre busca vincular el galardón a los acontecimientos actuales, incluidas obras en marcha, como quedó mostrado en 2009 cuando lo otorgó a Barack Obama en el primer año de su presidencia.
"Estoy convencido de que los comités trabajarán con ahínco para encontrar a un candidato digno relacionado con la Primavera Arabe (las movilizaciones de protesta a favor de cambios democráticos)", dijo Kristian Berg Harpviken, director del Instituto Oslo de Investigación para la Paz, y quien es una voz prominente en las conjeturas sobre este galardón.
Harpviken dijo que sus principales candidatos para el Nobel de la paz serían los activistas Israa Abdel Fattah, Ahmed Maher, Wael Ghonim y la bloguera tunecina Lina Ben Mhenni.
Entre los candidatos perennes al Nobel de literatura figuran el poeta sirio Adonis, las canadienses Margaret Atwood y Alice Munroe, el surcoreano Ko Un, el israelí Amos Oz y los estadounidenses Philip Roth, Joyce Carol Oates y Thomas Pynchon. El del año pasado fue para el peruano Mario Vargas Llosa, la primera vez en muchos años que lo obtiene un escritor latinoamericano.
Los comités Nobel, que son muy reservados, sólo revelan los nombres de los candidatos no galardonados una vez transcurridos 50 años.
A esta altura, la mayoría de los jurados ya hicieron su elección y la ratificarán con una votación formal poco antes del anuncio de cada uno de los seis ganadores.
Hansson dijo que es el momento más importante del año, pero también de mayor nerviosismo, cuando lee la mención del Nobel de Medicina ante la prensa mundial en el Instituto Karolinska de Estocolmo.
"Tengo que leerla en cinco idiomas, así que practico un poco de antemano", dijo. "No me sale natural en ruso. En francés también es un poco difícil".

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