lunes, 26 de marzo de 2012

Papa pide a México no amedrentarse por el mal al finalizar visita

El Papa Benedicto XVI toma las manos del presidente Felipe Calderón durante la ceremonia de despedida del jerarca religioso en el aeropuerto de Silao, México, el lunes 26 de marzo del 2012. Benedicto XVI dejó México para continuar en Cuba su primer gira por países hispanolatinoamericanos. (AP Foto/Alexandre Meneghini)
El Papa Benedicto XVI toma las manos del presidente Felipe Calderón durante la ceremonia … 
LEON, México (AP) — El Papa Benedicto XVI llamó el lunes a los mexicanos a no dejarse amedrentar por el mal y a fortalecer sus raíces cristianas, al concluir su primera visita a un país que pese a mantenerse como el más católico del mundo de habla hispana no ha logrado evitar la caída en el número de fieles. 



Luego de una visita de tres días en los que denunció la violencia ligada al narcotráfico y exhortó a la renovación de la fe para combatir problemas como la corrupción y la pobreza, el Papa describió su estancia en territorio mexicano como "breve pero intensa" que no olvidará.
El Papa Benedicto XVI saluda a la multitud durante la ceremonia de partida en el aeropuerto de Silao, México, el lunes 26 de marzo del 2012. Benedicto XVI dejó México para continuar en Cuba su primer gira por países hispanolatinoamericanos. (AP Foto/Alexandre Meneghini) "Deseo reiterar con energía y claridad un llamado al pueblo mexicano a ser fiel a sí mismo y a no dejarse amedrentar por las fuerzas del mal, a ser valiente y trabajar para que la savia de sus propias raíces cristianas haga florecer su presente y su futuro", dijo.
 "Me voy colmado de experiencias inolvidables, como inolvidables son tantas atenciones y muestras de afecto recibidas", señaló el Pontífice. Sin embargo, para expertos como Elio Masferrer, presidente de la Asociación Latinoamericana para el Estudio de las Religiones, la visita del jerarca católico representó un intento de revertir la hemorragia de fieles que ha afectado a esa iglesia durante las últimas décadas, aunque recordó que hasta ahora ninguna presencia papal lo ha logrado. 
Juan Pablo II, el antecesor de Benedicto XVI, vino en cinco ocasiones a México y eso no detuvo la caída del catolicismo: en 1970 el porcentaje de católicos era de un 96,2% y para el 2010 había bajado hasta cerca de 83%, según datos del censo mexicano.
 "Hasta ahora está claro que la estructura de la Iglesia católica es totalmente incapaz" de incrementar la feligresía, dijo Masferrer. No obstante el número de deserciones, México sigue siendo el país de hispanohablante con más católicos a nivel mundial.
 El secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Víctor René Rodríguez, aseguró en rueda de prensa que "no se trata de hacer crecer los números, en el sentido de que algunos bautizados o no bautizados vuelvan a declarar en el próximo censo su religión católica".
 Se trata, añadió, "de hacer crecer la calidad" para que las personas vivan "más en serio su vocación cristiana" El Pontífice logró atraer a decenas de miles de personas que lo arroparon y le repitieron una frase que había sido acuñada para su antecesor Juan Pablo II: "Benedicto, hermano, ya eres mexicano". 
El gobierno de Guanajuato informó que durante los días que estuvo el Papa en el estado se recibieron unos 777.000 visitantes en siete destinos, incluidas las ciudades en las que permaneció: León, Silao y Guanajuato capital. 
Para el Vaticano, la visita logró conectar a Benedicto XVI con los mexicanos. "Ellos querían tener una recepción en México. Una visita adecuada", dijo a la AP Carlos Garma Navarro, profesor e investigador de religión en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
 "El Papa tuvo el contacto con la población mexicana que le es fiel a la Iglesia", consideró. "Hubo más que suficiente gente. La cantidad fue la que ellos esperaron, hasta un poco más". El Pontífice, de 84 años, fue despedido por el presidente Felipe Calderón.
 El mandatario sostuvo el sábado un encuentro privado con el Papa y el domingo participó en la misa masiva en un parque cerca del monumento a Cristo Rey. 
Para Masferrer, Benedicto XVI hizo "una demostración de poder" al conseguir que los cuatro candidatos a la presidencia de México asistieran a la misma misa campal realizada apenas cinco días antes del inicio formal de la campaña electoral. 
Algunos creen que la visita de Joseph Ratzinger podría ser aprovechado, aunque sea tangencialmente, por el conservador Partido Acción Nacional (PAN), que busca mantenerse en el poder y tradicionalmente ha sido visto como un partido afín a la doctrina católica. El PAN es el partido del presidente Calderón.
 Masferrer consideró que el mandatario podría mandar un mensaje a cualquier de sus críticos: "Me respalda el Papa, lo cual puede servirle". Calderón agradeció al Papa por sus oraciones y su mensaje al pueblo mexicano. 
"Ha tocado usted el corazón de los mexicanos, con su cercanía y con su afecto", dijo Calderón al despedir a Benedicto XVI. La primera visita de Benedicto XVI a un país de habla hispana en Latinoamérica en sus siete años de pontificado sorprendió y conmovió a muchos mexicanos que lo creían serio y distante. 
Los gritos, cantos, serenatas y obsequios, como dos sombreros charros, que recibió el Pontífice en su visita lo llevó a decir que nunca había sido recibido con "tal entusiasmo". 
Uno de los sombreros, blanco con motivos amarillos, se lo regaló una integrante del mariachi que sorpresivamente le llevó serenata el domingo. 
También usó un sombrero charro en la misa del domingo en un parque al pie de un monumento a Cristo en la que pidió a 350.000 feligreses que purificaran sus corazones y que buscaran consuelo en la iglesia a las familias afectadas por la migración, la pobreza o la violencia ligada al narcotráfico. El Pontífice sostuvo posteriormente una reunión con obispos del continente en la catedral de la ciudad de León en la que les instó a proteger a sus seminaristas y vigilar a sus sacerdotes para evitar "actitudes improcedentes".
 No refirió qué actitudes, pero uno de los escándalos de abusos sexuales de sacerdotes más grandes recientemente fue el del padre Marcial Maciel, fundador de Los Legionarios de Cristo, quien abusaba de seminaristas. Durante su estadía, el Papa no mencionó al caso de Maciel ni un encuentro con sus víctimas, como uno de ellos lo había solicitado. 
Sin embargo, durante los días de la visita una editorial lanzó un libro que contiene documentos sobre el presunto encubrimiento del Vaticano a los abusos sexuales cometidos por el creador de la congregación. 
Los autores buscaban que la Santa Sede reconociera su responsabilidad de haber protegido a Maciel por décadas. "No tenían interés en abrir lo que era un tema un poco delicado para ellos. 
En otros países sí lo han hecho, pero aquí es un tema que toca demasiadas fibras porque Maciel sí fue protegido del Papa anterior", consideró el experto de la UAM. 
Masferrer calificó de "vergonzoso" el manejo del tema, sobre todo cuando el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Carlos Aguiar, declaró a periodistas que no conocía a las víctimas. "Definitivamente el decir que no estaban enterados me parece que es un insulto a la inteligencia", dijo.
 El Papa salió de México rumbo a Cuba, el país con menos fieles católicos. En el avión hacia México, el Papa opinó el viernes que la ideología marxista no corresponde a la realidad del mundo actual, mientras el canciller respondió que Benedicto XVI será escuchado con respeto y en cambio hizo énfasis en las coincidencias "entre el proyecto social cubano y los sentimientos cristianos".

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