“Cómo va el campo va el país”, este eslogan ha sido utilizado por muchos, políticos, empresarios, campesinos y gente común, que hacen uso de él para referirse a que como está la situación económica del campo agropecuario, así mismo va la economía de todo la nación, y no está nada lejos de la realidad esa aseveración, ya que la incidencia de la economía agrícola y pecuaria en la generación de riquezas en República Dominicana es innegable, su participación en el PBI total y en la generación de empleo es tal, que algunos autores aseguran que este es un ámbito de seguridad nacional.
Y pensando en eso debió estar el Lic. Danilo Medina al designar al Ing. Agrónomo Luis Ramón Rodríguez al frente del Ministerio de agricultura, organismo rector de toda la producción agropecuaria del país, este profesional del área, cuya preparación y conocimientos del sector lo hace uno de los principales activos humanos de área agropecuaria.
Y no hay dudas que su participación al lado del hoy senador y antiguo secretario de agricultura Amílcar Romero, de cuyo equipo formo parte, y los innumerables trabajos que ha realizado en el campo de la planificación y la economía agrícola, así como su participación en organismos internacionales lo avalan para realizar una gestión de calidad al frente de ese ministerio.
Los grandes problemas que hoy exhibe la actividad productiva tanto en la agricultura como en la pecuaria, en todo el territorio nacional incide de tal forma en la economía, que no solo afecta al productor en su actividad productiva y generadora de riquezas, sino también al consumidor, a quien obligan a adquirir productos agropecuarios más caros y de menor calidad, y al mismo tiempo presiona el mercado cambiario y la balanza de pagos, al tener que disponer de mayor cantidad de divisas para importar alimentos y productos agropecuarios.
Los altos costos de producción, reflejados en combustibles y energía eléctrica caros, precios de materias primas en franca tendencia alcista en los mercados internacionales y estructuras de comercialización obsoletas, son solo parte de los grandes retos que Luis Ramón Rodríguez deberá afrontar en su gestión frente a agricultura.
Si a eso le añadimos la gran proporción de caminos vecinales en mal estado y casi toda la infraestructura agropecuaria, así como la gran inversión que debe hacerse para dinamizar la producción del campo, estamos ante una empresa de dimensiones titánicas, la cual no tenemos la menor duda de que el ministro de agricultura y su equipo, con el apoyo decidido del presidente Medina, sabrán enfrentar, y de la cual saldrán airosos, pues en muy poco tiempo veremos las iniciativas para reactivar las actividades agropecuarias, entre las que deberemos observar: un amplio programa de siembra de productos de ciclo corto, un proyecto de reparación y adecuación de los caminos vecinales y la infraestructura física en las áreas de producción, apoyo e incentivos a pequeños y medianos productores, así como apoyo a toda actividad agropecuaria con miras a la exportación, veremos el fortalecimiento de los clúster de productores de diferentes rubros, y la solución de serios problemas que afectan a diversos productores, como es el caso del banano en la línea noroeste afectado por la sigatoka negra, o la deuda que mantiene el gobierno con algunos productores en diferentes zonas del país.
Auguramos la reactivación económica del sector agropecuario, con la aplicación de importantes medidas que traerán una mayor disponibilidad de productos de la canasta básica, con la consecuente reducción de precios, mayor estabilidad en los beneficios de los productores, aumento en las exportaciones de productos agropecuarios y por ende la disminución en las importaciones, lo que repercutirá en más estabilidad al mercado cambiario y una disminución del déficit en la balanza de pagos.
El autor es Politólogo
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